VILLA MERCEDES
El papá de Abril Fernández: “Estoy agradecido y contento por mi hija, le prometí que haría justicia”
Después que la Justicia encontrara culpable a Sonia Lara por homicidio calificado por el vínculo y por alevosía, Lucas Fernández dijo que “ahora sí podré hacer el duelo”.
Este martes a las 13:38 comenzó la lectura del veredicto por el juicio contra Sonia Lara, la mujer acusada de incendiar la casa donde murió su Abril Fernández de 11 años. El Tribunal encontró a la madre culpable del delito de homicidio calificado por el vínculo y por alevosía, que estipula una pena de prisión perpetua.
Sin embargo, mañana se realizará la audiencia de cesura que definirá la pena y cómo o dónde deberá ser cumplida.
Escuchar la sentencia fue para Lucas Fernández un desahogo. “Me escucharon, estoy muy agradecido y contento por mi hija porque hice justicia, se lo prometí”, fueron las primeras palabras que transmitió lleno de emoción.
En el proceso judicial la querella introdujo la “imposibilidad” que tuvo Fernández de “ser padre” durante dos años. Y así se ventiló un drama familiar: “Me la negaba, me hacía denuncias, y cuando logré tenerla un fin de semana, me la terminó matando. Se encerró en la casa con ella y provocó un incendio”.
“Siento alivio y ahora quiero ir al cementerio, para hablar con ella. Siento que ahora sí podré hacer el duelo”, señaló.
“Abril era todo para mí. Era mi princesa, era amorosa. No tenía maldad y me enseñó muchas cosas, que no tenía que guardarle rencor a nadie. Todos los que la conocieron saben que es así”, transmitió.
“Tenía una anomalía cromosómica del par ocho, retraso madurativo y tenía un problemita para caminar, usaba férula. Pero caminaba conmigo, a mi lado, decía cosas muy claritas y otras otras no, pero hablábamos”, completó.
También nombró a las maestras de su nena que le hicieron llegar el acompañamiento en estos días difíciles: “Siempre me ayudaron. Sabían lo que era yo para ella. Valoro mucho porque nunca me dejaron de lado, me dejaban verla aun sabiendo que la madre no quería”.
“El 10 de marzo, dos días antes de su muerte, la jueza dictaminó muchos horarios para mí y días. Salí de esa audiencia feliz porque la iba a ver después de dos años, estaba como loco de alegría. Me demostró cariño, me agarraba, me besaba, me abrazaba con decirte que no la quería ni llevar a dormir. Fue hermoso todo. Al otro día también fuimos a la plaza, tomamos helado”, revivió.
Fue el abuelo quien a las 19 del domingo devolvió a Abril en su casa de La Ribera. Algunas horas después la casa se prendió fuego.